jueves, 18 de febrero de 2010

domingo, 31 de enero de 2010

Aquel gato negro sobre blanco.

Recuerdo el dibujo de un gato. Mi mano aferrada a la lupa, la lampara encendida, mi abuela durmiendo en su cama, a un metro de la mía, y yo allí, por primera vez atrapado por unas letras negras que desfilando una tras otra sobre páginas blancas componían un libro. Un libro no muy grande, para niños, pero que duró apenas unas horas. No se si mi abuela, tan buena ella, me decía que apagara la luz, pero yo no podía. Puede que estuviera enfermo y eso me diera licencia para despertarme tarde. No lo se. Lo único que recuerdo es la mano entumecida de aguantar aquella lupa que me acababan de regalar, a través de cuya lente fueron ejecutándose las palabras. Morían gordas y eran enterradas diminutas. Recuerdo también el silencio cuando levanté la cabeza de aquel primer chute. La atmósfera de la casa durmiendo, la respiración de mi abuela, profunda, y yo de niño aún despierto.Los colores de aquel cuarto ya han cambiado. Lo pintamos mi hermana y yo unos veintitantos años después. Ahora es mi tío Andrés quien duerme allí. El libro debió perderse en el sumidero de las cosas que nunca regresan. Y mi abuela también se fue. Ahora hace un año.
Este es mi primer recuerdo devorando un libro.


sábado, 30 de enero de 2010

martes, 1 de diciembre de 2009

Estudio




sábado, 7 de noviembre de 2009

¿PSICOPOPY?...has vuelto.

Sin darme cuenta te echaba de menos. El otro día no te esperaba. Es que ya de normal no te espero. Por eso se me contrajo el estomago cuando te vi. Igual que siempre. Medio bruma, medio vapor. Se te inhala. Debí suponerlo, es sencillo, hay situaciones que si se dan llevan por fuerza a otras situaciones: Andrés y yo juntos en Madrid no podemos estar mucho tiempo sin ti, y aunque no seas llamada...apareces. Ay! Psicopopy...¿sabes? ....me alegro.



jueves, 22 de octubre de 2009

PASEO...NUEVA RUTA, NUEVO CIELO.

Deben ser los 30...porque además de leerme en "El país semanal" los artículos de Rosa Montero, Javier Cercas y demás, y no solo detenerme a ojear las fotos del centro, resulta que cuando camino por Madrid llevo los ojos muy abiertos, y no paran quietos. Me fijo en todo: en los altos, los techos, los cielos, como queriendo salir de esa tendencia a mirarnos el ombligo....pero también en los escaparates, los sajuanes, los interiores de las cafeterías y en los menús escritos a tiza. La última vez que viví aquí, hace 7 años, no actuaba así cuando caminaba por las calles, y en un formato en serie resplandecía chulo un afán de atraer las miradas, brillaba el hambre de comerme el mundo que ya sabe uno que muere de inanición. Y se que soy joven. Lo se. Pero algo ha cambiado. El tiempo pasa y mis ojos ya no paran quietos. El marco de las cosas es importante. El "adorno", el complemento de la silueta humana, tan viejo como las pinturas rupestres, habla por si solo: temprano supimos que la casa habla del morador. Las mujeres padaung se deforman el cuello con sus aros dorados para alargarlo, ideal de belleza eterno, el cuello sin fin, pero también para construir un reluciente camino que lleve hasta su tesoro...sus rostros, así pues las baldosas amarillas no son más que un marco. Pero hay marcos casuales, contextos invisibles, alrededores subliminales...según el ojo que mire.
Los rincones abandonados me encantan. Son como oasis de paz, de silencio, de quietud. Todo una apariencia que quizás es verdad. Me quedo embelesado ante esas bellezas sucias para los demás.




Yo no los conozco por el nombre de techos. Para mi son la tierra del verode

Desde la terraza de Limón19 se contempla esta mezcla de dioses y hombres




y casi al decir adios el sol queda suspendido mientras las luces humanas brillan por si mismas.




jueves, 11 de junio de 2009

IORDON

Iordon: nave estelar. El ojo alienigena observa a la tripulación que conforma el último escollo en su inexorable camino de conquista. Los tripulantes actúan enajenados para que sus comportamientos "normales" sean copiados y que su posterior reproducción en la tierra lleve a los invasores a ser recluidos en centros psquiátricos...confiemos en Batman.


Antes de que el sistema operativo de la nave sea violado por los virus alienígenas la tripulación convive...como cualquier comunidad humana que celebra sus fiestas entre conspiraciones, rencores, odios...y amores.





Incluso en espacios reducidos la mente humana avanzada encuentra momentos para "el arte", para el tiempo lúdico...o quizás solo sean costumbres que perduran pero carecen ya de todo sentido como el tradiconal "Acupoftea".






Da igual a donde llegue el ser humano, la mujer, el hombre.... no puede convivir sin reglar sus relaciones, sin jerarquías son muchos los que han dicho que nace la anarquía y el caos. Cuan equivocados están todos ellos.




(extraño taller lleno de luces, de sudor, de ruidos guturales, de incertidumbre... YO ME DIVERTÍ)